- Buscarse un lugar más chico. Tener espacio es para burgueses y amanerados.
- Sacarse de encima a los cerrados que se dedican al tango. Nadie mejor para organizar un festival de tango que un egresado de la San Andrés, o el sobrino del primo del amigo del portero de un concejal.
- Para optimizar el espacio, que los concursantes se cambien y esperen en la calle. Puntos extra si se aprovecha para ponerlos a arreglar las veredas.
- Reforzar la seguridad con un operativo a cargo de una buena empresa privada. No vaya a ser que se te meta cualquiera en tu fiesta popular. Puntos extras si la persona que dirige el operativo tiene causas abiertas en la justicia.
- Terminar con la fantochada de los puntajes. Que cada jurado vote según su escala (del 1 al 10, con sellos de corazoncitos, con un botón de "Me gusta" robado de facebook). Puntos extras si la decisión final la tiene un cuadro político de turno. Más puntos extras si gana un extranjero, así vuelven el año próximo y traen plata fresca.
¡Qué lindo es diseñar políticas culturales!
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